miércoles, 29 de febrero de 2012

Estampas de hoy: La cola

Estampas de hoy: La cola
Miércoles, 29 de Febrero de 2012 04:45
Jorge Luis González Suárez

Plaza, La Habana(PD) La cola es un reflejo condicionado del cubano. El
ruso Iván Pavlov experimentó sus leyes con perros; en nuestro país lo
hubiera hecho con los coleros.cola

Esta afición innata se ha desarrollado en los últimos 50 años. Se
adquiere con facilidad. Nadie pregunta para que se realiza: se para
detrás del que está al final, si acaso le pregunta si es el último y ya.

La terminología sólo la hallamos en el léxico de cubanismos. Los países
civilizados denominan a esta constitución, fila. Nosotros preferimos
ponerle el nombre de la parte terminal de ciertos animales. Los
especímenes humanoides se comportan a veces igual que sus antecesores
biológicos. Podíamos llamarla también rabo, pero se confundiría con
otras interpretaciones y caería mal.

Existen especialistas y especialidades en estas lides. Podemos encontrar
al organizador. Él conoce el lugar que le corresponde a cada cual. El
primero es el susodicho. Es capaz de levantarse de madrugada para
alcanzar el sitio de honor. La actitud de mando y disciplina prima en su
carácter. Se hace respetar. Los restantes lo siguen como a un líder.
Gustavo Le Bon no lo incluyó en su "Psicología de las Multitudes".
Desconocía a este tipo de personaje.

La especialidad más difundida es la de los que se cuelan. Meterse donde
no va es su práctica habitual. La lleva a vías de hecho con habilidad
pasmosa. Las protestas de los afectados nunca le alteran. Jura que él
siempre estuvo en dicho puesto. Resulta imposible sacarlo de sus
casillas. Probar que eso es mentira es un acto suicida, se faja si es
necesario, casi siempre de palabras, pero la sangre jamás llega al río.

Existen defensores y detractores de este personaje. Los primeros afirman
que si se encontraba y fue hasta la casa. Los segundos gritan que "está
colao". El policía los pone en su lugar. El miedo que nos afecta se
impone. Todos aceptan sin abrir la boca. Las protestas terminan.

La cola tiene numerosas finalidades. La primera es estar al día en los
comentarios. Otra forma de expresar esto es decir que se va a chismear.
El que no quiera participar se aparta del grupo. La aclaración de que él
no se retira es imprescindible. Puede quedarse sin su espacio. Este es
un individuo fuera de serie. Participar de las intrigas es lo más ameno
de esta situación. Las horas pueden pasar y ni siquiera darse cuenta.
Algo importante debe darnos este jueguecito.

Las colas se diferencian según su interés. No es lo mismo la que se hace
para comprar el pan -que está garantizado- a la que es para adquirir
algo que se pueda acabar. La tranquilidad inicial en lo que está seguro
se acaba en lo que está incierto.

Hay personas que dicen que ellos no hacen cola. Envían a otro por él y
reciben lo mismo. Resulta la manera más fácil de resolver el problema y
no buscarse una bronca.

El mensajero es otro ser que ha encontrado trabajo en este medio. Su
misión es comprarle a numerosas familias los mandados. Es la solución
ideal para tener las cosas con esfuerzo ajeno. Él hace las tareas por
usted. El pago no siempre compensa la lucha. Subir, bajar escaleras y
cargar con los bártulos se las trae. Se necesita más paciencia para esto
que la que de un elefante. El fin justifica los medios. Todos quedan
complacidos.

El inventor de la cola se quedó con la cabeza hueca. Trató de buscar
satisfacción y halló un jeroglífico. Debe premiarse con la orden Juan
Bautista Champollión. Es un héroe. Así vivimos la mayoría de los
cubanos: en una cuerda floja. La experiencia de este último medio siglo
no es recomendable para nadie. La clave para este desenlace todavía la
buscamos. Llegará con los cambios verdaderos. Los actuales no dan respuesta.

jorgelibrero2012@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/3513-estampas-de-hoy-la-cola.html

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