miércoles, 29 de junio de 2011

Maratón de asambleas

Maratón de asambleas
Wednesday, June 29, 2011 | Por Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – Durante junio se efectuaron
plenos municipales ampliados y asambleas provinciales del Partido
Comunista con el fin de hacer cumplir los acuerdos del VI Congreso, bajo
el denominador común de orden, disciplina y exigencia enunciado por el
General Raúl Castro, según informaron los medios cubanos.

A diferencia de las cinco décadas pasadas, en las reuniones no
repartieron banderas por sobrecumplimiento. Han estado concentradas en
los resultados de las entidades productivas locales, con muy pocos
logros y muchas deficiencias. Indudablemente es un esfuerzo desesperado
para lograr producir con calidad y eficiencia, a fin de obtener
ganancias, sustituir importaciones y exportar. Pero se parte del mismo
presupuesto de los 52 años anteriores: el PCC dicta las pautas,
supervisa y controla.

El ser humano no ha llegado al nivel de desarrollo y conocimientos
actuales por las arengas de sus jefes ni la represión, sino por el
incentivo, consciente o inconsciente, de que obtendrá mayores beneficios
económicos, políticos y sociales para él, su familia y su comunidad o
país. Para lograrlo ha seguido jefes talentosos y emprendedores. El
poder absoluto de un grupo con un solo partido, planificación
centralizada y rechazo a las leyes del mercado, retornaron los pueblos
al sometimiento y el oscurantismo de la Edad Media; el feudalismo
reencarnó en el totalitarismo socialista. Cuba tiene el triste
privilegio de poseer uno de esos pocos regímenes sobrevivientes, y
ahogada por la crisis, atraviesa la difícil etapa de tránsito, con el
agravante de que los "mismos" no pueden superarse a sí mismos, y se
niegan a abrir paso al "Iluminismo", al "Renacimiento".

El proceso en marcha no supera la rutina de los conocidos altos cuadros
con amenazas y arengas, reiterativas de consignas en las que nadie
cree, como "hacer de la crítica y la autocrítica una práctica cotidiana"
y "hay que combatir", a veces modernizadas con las exigencias de que
"ustedes tienen que hacer más y mejor", y la poco original frase de "sí
se puede". Raúl Castro definió que el partido no puede suplantar las
funciones del Estado, pues su poder descansa básicamente en su autoridad
moral y sus orientaciones solo tienen carácter obligatorio para sus
militantes, mientras el poder del Estado parte de su autoridad material,
de la fuerza de las instituciones, encargadas de exigir a todos cumplir
las normas jurídicas que emite.

La confusión de estos conceptos, decía en el Congreso, deteriora la
autoridad del Estado y el Gobierno, pues los funcionarios dejan de
sentirse responsables de sus decisiones. Sin embargo, en la Constitución
de la Republica se define el PCC como "la fuerza dirigente superior de
la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes
hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance
hacia la sociedad comunista".

Esto implica que a través de él se determina toda la vida de la nación,
por encima del sistema jurídico que le obedece incondicionalmente.

En las actuales reuniones se habla de problemas increíbles para un
productor privado de cualquier otro país, que depende de los resultados
de su trabajo y los de sus empleados, basados en la productividad, la
calidad y la gestión administrativa y de mercadeo, para su bienestar y
progreso, así como los de la sociedad y la nación. Después del
congreso no se han realizado análisis y modificaciones en los organismos
centrales del Estado, provincias, municipios y empresas bajo la
conducción de sus directivos, donde Raúl Castro dijo que el Partido
estaría representado, pero que serían presididos por el dirigente
administrativo: "La opinión de la organización partidista es valiosa,
pero el factor que determina es el jefe, ya que debemos preservar y
potenciar su autoridad, en armonía con el Partido".

De las informaciones publicadas se desprende que los dirigentes y los
trabajadores, a nivel de centros de trabajos, tienen la culpa de todos
los problemas, incumplimientos y corrupción. Ni en el proceso de
estudio de los Lineamientos, ni en el VI Congreso del Partido ni en los
dos meses transcurridos se ha analizado las incapacidades, deficiencias
y gestión de los máximos dirigentes administrativos, que también lo
son partidistas en primera instancia.

Se refiere la vergüenza expresada por la administradora de una unidad de
producción agropecuaria en Remedios, debido al rendimiento cañero de 28
toneladas por hectárea (el promedio mundial alcanza alrededor de 70),
mientras se pretende ignorar el proceso de desmontaje de la industria
azucarera, porque se adujo que los costos de producción eran superiores
al nivel mundial y resultaba más rentable importar, en lugar de
esforzarse por abaratarlos.

Esto ocasionó la destrucción de la antigua mayor azucarera del mundo.
Los responsables continúan en sus altos cargos, fueron enrocados o "se
cayeron para arriba". Hoy el café racionado nuevamente se vende
mezclado con chícharo, pues ese renglón de exportación desde hace años
se importa gracias al deterioro de los cafetales y la pérdida de las
prácticas laborales de siglos.

El ganado está supuestamente en fase de recuperación, como todo lo que
se ha perdido aquí, y se reconoce que las muertes no solo se deben al
hurto y sacrificio ilegal de las reses, sino a la escasez de alimento
por no prepararse para la sequía. Los problemas se repiten en todos los
sectores, desde la Antillana de Acero en La Habana hasta la incompleta
construcción del acueducto de Guantánamo iniciado en 2000. ¿Por qué no
existe contabilidad en muchas empresas presupuestadas, y en gran parte
de las entidades no es confiable? ¿Por qué no hay contratos, o se
incumplen los pocos existentes?

"Exigiendo, sin formalismos, con combatividad, encabezando la batalla
con exigencia, control y ejemplo personal de cada militante" de los
núcleos del partido, es poco probable que se resuelva el desastre nacional.

Mientras no se develen las verdades; las responsabilidades sean
compartidas; se apliquen las leyes a todos, y los cubanos puedan
realmente decidir su hoy y su mañana, todo el proceso continuará siendo
una estéril hipocresía. Hasta que todos participen con sus ideas en la
confrontación democrática y aprecien provecho personal y social como
resultado de su trabajo, el peso del Partido continuará cayendo en el
vacío y la simulación. El apetito del poder es tanto, que no pueden ver
el verdadero pollo del arroz con pollo.

http://www.cubanet.org/articulos/maraton-de-asambleas/

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