miércoles, 16 de marzo de 2011

La revolución cubana, ¿fue o no necesaria?

Publicado el miércoles, 03.16.11

La revolución cubana, ¿fue o no necesaria?
By NICOLAS PEREZ

Alos cubanos de Miami nos desunen muchas cosas. Pero hay otras que nos
dividen aún más. ¿La revolución cubana fue o no necesaria?

La revolución es un cambio violento en las estructuras de poder de
cualquier país. Ya conceptualizar en tres líneas a la revolución cubana
es complicadísimo porque fue sui generis. Las revoluciones tienen sus
propias reglas internas; mientras mayor es la miseria y la corrupción,
más violenta es dicha insurrección. Sorprendentemente, en Cuba no había
una situación social tan traumática en 1958.

Millones de exiliados, decenas de miles de presos, miles de fusilados,
¿a cambio de qué? ¿Cómo se justifica la revolución castrista? Por otra
parte, no la hicieron los desposeídos sino los ricos. Le dieron apoyo no
los comunistas como Juan Marinello o Joaquín Ordoqui, sino demócratas
como Miguel Angel Quevedo y su revista Bohemia. Y es que Batista no
gustaba al poder económico cubano porque era inculto, mulato y no tenía
clase.

Si lo anterior es cierto, ¿qué pasó? Esos cambios independientemente de
razones objetivas y subjetivas, se deben a la voluntad de un solo
hombre, y este es el caso cubano. La revolución cubana es Fidel Castro.
No terminamos de entender que nos enfrentamos a un monstruo que nace uno
cada 150 años. Por eso digo hasta el cansancio que hay que mantener
contactos básicos, pero no se debe intentar un acercamiento serio con La
Habana mientras Fidel esté vivo.

¿Qué podemos hacer desde Miami para ayudar a la desaparición del
régimen? La Asamblea para la Resistencia Cubana ha propuesto la
desobediencia civil. Un grupo compuesto por el siempre equivocado
Lincoln Díaz-Balart, el Directorio Revolucionario Cubano, M.A.R. por
Cuba y Otto Reich, apuestan todos, a un solo número, apoyar a la
desobediencia civil en Cuba. Desobediencia que si estuviese allá quizás
me sumaría a ella, pero desde aquí no puedo. Ahí está Kadafi. Mata a
Libia completa y no mueven un dedo ni la Liga Arabe, ni la Unión
Europea, ni la ONU, ni Estados Unidos. Y una desobediencia civil con los
ingredientes externos adecuados puede desembocar en Cuba en una guerra
civil que no apoyo.

Simpatizo con desobedecer civilmente al régimen, pero hay estrategias
más adecuadas sin ríos de sangre. Al comunismo cubano lo sacuden
multitud de cosas, pero lo defenestran solo dos: la información y el
instinto de propiedad privada del cubano.

Indiscutiblemente la información debe ser nuestra prioridad apoyando a
los blogueros Yoani, Claudia y el resto. Una información bien dada y
desplegada en primera página cambia la historia de los pueblos y una
simple e inocua noticia, en tiempos de guerra fría o caliente, es más
mortífera que una bala. Las notician matan a las tiranías.

Mí segunda prioridad es oponerme a un exilio oficial que se niega a
ayudar a las pequeñas empresas recientemente legalizadas en Cuba. En
ambas orillas la incongruencia mete miedo. Es inconcebible que Raúl
Castro promueva el auge del capital, algo así como si la a Casa Blanca
regalase a cada norteamericano el libro El 18 Brumario de Luis
Bonaparte, de Carlos Marx, promoviendo el comunismo. No sé, respeto
todas las opiniones pero es un absurdo que el establishment de Miami se
niegue a apoyar un incipiente capitalismo en Cuba.

Apuesto a la creatividad del cubano. Mi médico, alguien que tiene toda
mi credibilidad y que por problemas familiares tuvo que viajar a Cuba,
me narró dos anécdotas impresionantes.

Un amigo suyo fabrica en su casa refrescos con una calidad exacta a la
Coca Cola y el Sprite; según él, el parecido es impresionante. Incluso
le enseñó las fórmulas químicas de sus investigaciones científicas. Otro
de sus amigos te mide los pies cúbicos de tu casa, y te fabrica pieza a
pieza, con una exactitud rigurosa, el aire acondicionado ajustado
exactamente a tus necesidades. ¿Dónde consiguen piezas y herramientas
para culminar esta obra maestra de la ingeniería? Quien lo adivine, se
vuelve loco.

engo mi propia experiencia sobre el tema. En mi laboratorio de vitaminas
naturales empleé hace 20 años a un cubano recién llegado en una balsa,
llamado José ``Pepe'' Cabrera. No sé por dónde anda ahora; él me llama
inexorablemente todos los 31 de diciembre. Hace 22 años, pasé de
fabricar las cápsulas manualmente a una máquina muy sofisticada de
Oklahoma. Llega a la máquina, y me dice Pepe que si le permitía montar
la encapsuladora. Le advertí que fuese cuidadoso pero lo autoricé. Montó
la encapsuladora en dos días. Cuando el técnico llegó de Oklahoma varios
días después le presenté a Pepe, y media hora después el técnico llegó a
mi oficina y me confesó: ``Despreocúpese, fui uno de los que trabajó en
la invención de esta máquina, y Pepe, su empleado, en tres días sabe más
de ella que yo''.

Ese es el cubano. Persisto en mi punto de vista en contra de los que
pretenden dirigir las estrategias políticas de este exilio frente al
castrismo. La desobediencia civil la apoyo, pero más importante es poner
el alma y dejar el alma en los blogueros cubanos y en darle alma,
corazón y vida a los incipientes capitalistas, que comienzan a florecer
en la isla. Porque ellos son los agentes activos del cambio que se
producirá muy pronto en Cuba.

Nicop32@yahoo.com

http://www.elnuevoherald.com/2011/03/16/v-fullstory/903899/nicolas-perez-la-revolucion-cubana.html

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